Importancia de la ortografía y puntuación
Escribir correcto: La importancia de la ortografía, por C. García Noriega
“Una de las principales calidades, que
no solo adornan, sino componen cualquier idioma, es la ortografía,
porque sin ella no se puede comprender bien lo que se escribe, ni se
puede percibir con claridad conveniente lo que se quiere dar a entender”
(Diccionario de autoridades, 1726)
*Haver (con “v), *Iva (pero no
el “Impuesto sobre el Valor Añadido”, sino el pretérito imperfecto del
verbo “ir”, también con “v”), *“honrrar” (con doble “r”), *”valla” (como
interjección, con “ll”, por ultracorrección, aunque sin saberlo), * “e
estado” (sin “h”), *aprovar (con “v”), * “estube” (con “b”, ¿será porque
se parece a “Youtube”?), * “cojer” (con “g”), o *extrés (con “x”,
porque parece que la “x” representa mejor la tensión que la “s”) son
algunos de las muchas faltas de ortografía que podemos encontrar en
e-mails, mensajes de móviles (en estos casos a veces “justificadas” por
ahorrar espacio y, por tanto, dinero), trabajos y exámenes de nuestros
alumnos.
Y es que el caudal de
faltas de ortografía de estos es uno de los grandes problemas con los
que nos encontramos día a día en la enseñanza. Y lo peor es que
no es solamente un “problema” escolar, pensamiento que tienen nuestros
alumnos y que hace que solo les importe porque les fastidia que las
temidas faltas les puedan bajar la puntuación del examen; sino que va
más allá, pues pertenece a la vida cotidiana: cartas, currículos,
solicitudes, instancias, denuncias… Todos estos tipos de documentos se
tienen que poner por escrito y es imprescindible que vayan impecables,
no solo en redacción sino también en lo que a ortografía se refiere. De
ahí la relevancia de inculcarles a nuestros alumnos la necesidad
de prestar atención a este conjunto de normas que regulan la escritura
de una lengua y que se conoce con el nombre de ORTOGRAFÍA.
Pero, ¿por qué suelen cometerse errores ortográficos?
Habrá muchas posibles respuestas a esta pregunta y lo que sí hay que
desterrar es la creencia de que esta está ligada a la inteligencia, pues
hay personas verdaderamente inteligentes que tienen auténticos
problemas con la ortografía y viceversa. Básicamente, las faltas de
ortografía suelen asociarse, además de al desconocimiento de la norma, a
falta de atención (algo que se comprueba claramente cuando encontramos
la misma falta cometida por la misma persona una y otra vez cuando ya se
la hemos corregido), a no revisar lo escrito (es una mala costumbre de
los alumnos terminar el examen y entregarlo sin repasarlo), a falta de
vocabulario (la falta de caudal léxico hace que no puedan sustituir la
palabra que no saben cómo se escribe por otra con igual significado) y a
hábitos de escritura que se pueden considerar “perezosos” (no
molestarse en buscar la palabra “dudosa” en el diccionario). Todo ello
genera no solo el empleo incorrecto de letras, sino también de tildes (a
veces por exceso y a veces por defecto), mayúsculas, minúsculas, signos
de puntuación y demás que hacen que muchas veces los escritos resulten
ilegibles. Por eso, de la misma forma que practicamos la redacción en
clase, debemos trabajar la ortografía, pues ambas son habilidades básicas para manejar la competencia en la lengua escrita.
En primer lugar, para ayudar a nuestros alumnos con la ortografía, debemos hacerles entender la importancia de un escrito ortográficamente “correcto”,
aludiendo a razones como que la ortografía contribuye al
fortalecimiento de la unidad de un idioma, pero, sobre todo, a que esta
permite comprender con exactitud lo que se lee y facilita la exposición
de lo que nosotros queremos expresar. A partir de ahí, es
necesario trabajarla en clase como parte de la rutina diaria no solo del
profesor de Lengua Castellana y Literatura sino de todos los profesores
de las distintas materias, haciendo ver así a nuestros alumnos
que es erróneo pensar que las faltas de ortografía no encierran ninguna
gravedad porque todo el mundo las comete y que no es solo incumbencia
de la asignatura de Lengua.
A continuación vamos a repasar y proponer métodos y estrategias que pueden resultar útiles para trabajar la ortografía:
Tradicionalmente la ortografía
se ha enseñado mediante el aprendizaje mecánico y memorístico de una
serie de normas que los alumnos han repetido hasta la saciedad como si
fuesen cacatúas, sin entender realmente el significado de lo que estaban
diciendo. Es cierto que es necesario el conocimiento y estudio de estas
normas, pero principalmente las que hay que enseñarles son las que
tienen carácter general y no poseen cientos de excepciones, porque si no
lo que se produce es el efecto contrario: crean confusión y perjudican
la propia ortografía. Pero como resulta a veces tedioso para los
alumnos, se puede proponer el estudio de estas normas por descubrimiento
a través de juegos con tarjetas, por ejemplo. En ellas, aparecerán las
palabras que comparten una misma regla y serán los alumnos quienes
traten de justificar porqué creen que esa palabra se escribe de esa
forma. Así, sin saberlo, al tratar de hallar la solución estarán
reteniendo en su memoria la norma.
Otro método muy usual ha
sido la técnica del dictado. A pesar de que este es uno de los
instrumentos más útiles a la hora de practicar la ortografía, pierde su
valor cuando este es utilizado solo para controlar el número de palabras
erróneamente escritas, ya que la misión del mismo debe ser que, tras la
realización de este, el alumno sepa algo más de léxico, morfosintaxis e
incluso de literatura y estilo; y, sobre todo, puede resultar
totalmente inútil cuando en él aparecen solo palabras técnicas o muy
poco usuales, en lugar de palabras que usamos habitualmente y que son
las que, precisamente por ello, debemos empezar por saber escribir
correctamente.
También se les puede entregar a los
alumnos textos que contengan faltas de ortografía para que ellos las
corrijan. A los alumnos les encanta muchas veces encarnar el rol de
profesor y casi siempre este está asociado a su faceta del “temido
corrector”. Ahora, pues, serán ellos los que corrijan textos
ortográficamente incorrectos y seguro que acertarán a la hora de
descubrir los errores cuando vean que esa palabra queda “fea” así
escrita. Y digo “ven” y digo “fea” porque las palabras son imágenes
visuales y muchas veces no saben porqué pero sí saben que así no está
bien escrita, pues tienen en su mente la fijación de otra imagen de
dicha palabra. Posteriormente, seremos nosotros, los docente, quiénes
les expliquemos ese porqué que les falta saber.
Además, hay que incentivarles en el uso
del diccionario como herramienta fundamental para una correcta
escritura, pues, además de para adquirir vocabulario, el diccionario es
una fuente esencial de información ortográfica. Cuando duden en una
palabra, deben “molestarse” en buscar cómo se escribe y proponerles que
creen alguna oración usándola, adquiriendo así destreza en la búsqueda
de palabras en este medio, ganando más caudal léxico y fijando en su
mente la imagen de la palabra.
Finalmente, hay que
inculcarles a nuestros alumnos la necesidad de leer, pues hoy nadie duda
de que la lectura es una gran ayuda para aprender la ortografía de las
palabras. No hace falta que sean solo libros, sino desde las letras que
aparecen en el paquete de galletas que desayunan, hasta el periódico,
los carteles de publicidad o las revistas que compran porque aparece
este o aquel cantante de moda, pues sabemos que las palabras se fijan en
nuestra memoria a base de verlas una y otra vez.
Quizás utilizando estos
recursos podamos intentar obtener un aprendizaje realmente efectivo y
poner remedio, en la medida de lo posible, a ese caos ortográfico que
existe no solo en el ámbito escolar, sino en nuestra sociedad en
general. Ahora que la RAE ha sacado la última edición de su Ortografía, y
dejando aparte la controversia que entre muchos estudiosos ha producido
los cambios que introduce, es el momento de que entre todos
(profesores, alumnos, familias, medios de comunicación..) tomemos
conciencia de la gravedad del problema y promovamos el interés por
nuestra lengua, pues, al fin y al cabo, el principal uso del idioma es
la comunicación y para poder comunicarnos convenientemente es necesario
que elaboremos nuestros mensajes de forma correcta y comprensibleFuente: http://revista.academiamaestre.es/2011/01/escribir-correcto-la-importancia-de-la-ortografia/
La ortografía y la didáctica en el nivel primario, Carratala Teruel
Material teórico sobre ortografía y puntuación
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